Humanos. Siempre pensando que lo que
ellos piensan es lo único que merece ser escuchado. Creyendo que,
por encima de todo, son ellos y no otros los que tienen razón y que
por consiguiente no necesitan lecciones, más bien darlas a los
demás. Humanos. Tan conscientes de su propia inconsciencia que
resulta hasta enfermizo. Pidiendo un respeto que nunca fue suyo, y un
reconocimiento digno de héroes y que muy probablemente jamás en sus
vidas puedan llegar a saborear siquiera. Sin méritos no hay éxito
pero en fin. Humanos.
Pensando en voz alta todos y todos
mirando mal al resto por pensar en voz alta. Destruyendo lo que otros
crean pero exigiendo que sus creaciones sean intocables. Humanos.
Amando y hundiendo a otros humanos, al mismo tiempo o por separado.
Siendo políticamente correctos y sin saber qué es lo que significa.
Humanos. Matando la vida y generando vida. Tapando la luz y creando
luz artificial. Provocando enfermedades y vendiendo vacunas. No todo
es dinero, no todo es puro lucro. No. El dinero no corrompe, el amor
no encadena, la tristeza no hunde. Tan sólo son excusas para desviar
la atención del hecho de que, desgraciada o afortunadamente, somos
humanos.
Humanos. Débiles y fuertes. Avanzados
y primitivos. Libres pero cautivos. Tan interesantes como
interesados, complejos de mente y simples de proceder. Iguales pero
únicos. Humanos. Una guerra desde el inicio de los tiempos de
intereses, juicios, falsedad y provocación.
Lengua más larga que tiempo de espera
para reflexionar. Ojos más ciegos que la razón al negar la
evidencia de la mentira. Aman a los músicos, aman su música y por
amor los terminan matando. Tienes ídolos a los que admiran y que
condenan cuando otros dejan de admirarlos. Creen en dioses para
salvar sus almas pero luego dicen no creer en ningún dios, ni dicen
tener alma. A eso le llaman “karma”. No saben de política, no
les gusta la política, no entienden de economía pero de hablar y
dejarse manipular siempre hay tiempo. Les gusta vestirse llamativos
pero luego no toleran que nadie lo resalte, ni siquiera que se fije
en ello. Dicen no sentirse completos con las cosas materiales pero a
veces parece que les falta tiempo para llenarla de cachivaches.
Recalcan una y otra vez los errores de los demás pero luego los
repiten ellos mismos una y otra y otra vez. Buscan ayuda que no
desean, tienen sexo con quien no desean, insultan, maltratan a
aquellos que no les importa. Menosprecian el talento que no les
afecta, sobrevaloran unas capacidades propias que no tienen. Hunden
unas vidas que les son indiferentes por diversión pero no disfrutan
haciéndolo ni lográndolo. Se sacrifican por una felicidad ajena que
no saborearán. Se jactan de unos éxitos que no lograrán, de unas
derrotas que no fueron tales, de un sufrimiento muchas veces
desmesurado. Y otras veces callan injusticias mayores, no lloran
pérdidas importantes, no luchan por aquello que consideran valioso
tan sólo se limitan a quejarse ante esa pérdida. Humanos.
Podría escribirse lo que nunca se ha
escrito hablando de las contradicciones humanas de tan interesantes y
complejas que son pero los humanos no leerían esos libros. Humanos.