Causo
polémica. Aun si solamente me dedicara a existir, seguiría siendo
así. Creo que ya forma parte de mi vida, casi como si fuera una
prolongación de lo que soy.
Todo cuanto
digo, hago, o pienso, siempre es motivo de los más dispares
comentarios y habladurías sobre mí. De hecho, conforme va pasando
el tiempo, mi creencia de que se trata de una mera forma de
tangibilizarme se acentúa.
Normalmente
existen dos cosas que permanecen constantes. La primera, poseo algún
tipo de fama que exactamente desconozco cuáles son sus bases y su
origen pero que no cesa de aumentar y, lo segundo, es que las
personas que alimentan dicho fuego son la mayoría detractores. Otro
aspecto del cual no poseo la respuesta.
Todo de mí
está puesto en tela de juicio: Mi pasado, mi presente, lo que
quisiera para mi futuro, mi manera de pensar, incluso mi forma de
amar. Absolutamente todo es analizado, me atrevería a decir que
diariamente, en busca de lo que supongo que será algún pero. Eso
contando con el “factor sorpresa” que supone la capacidad de
imaginación que muchos ponen en práctica cuando esos “errores”
se demoran en aparecer, partiendo de la más inocente ignorancia
sobre el blanco al que creen apuntar, en este caso yo.
No niego
que, en ocasiones, este asunto se me antoja de lo más irónico e
hilarante. Mas donde aquí me ven, no soy persona demasiado
aficionada a ser el centro de atención, aunque por mi carácter
parezca todo lo contrario. Simplemente me dedico a ser yo, tal vez
por eso resulte tan “impactante”. No necesito parecerme a nadie,
ni disfruto copiando nada de lo que los demás hagan, o digan (si es
cierto que esto último es, lo menos, inevitable dado el continuo
trato). No hallo un macabro placer en hacer sufrir a las personas más
que nada porque pienso -creo que acertadamente- que no soy quién
para hacerlo. Y así podría continuar pero supongo que os hacéis
una idea de lo que estoy queriendo decir.
No, no está
entre mis planes el desmentir, o desmontar mas bien todo ese teatro.
Si es divertido, o si alguno de sus componentes lo encuentra de tal
modo, que deguste tranquilamente su creación pues yo no seré quien
se lo vaya a impedir. Cada uno posee sus hobbies, y sus preferencias
de ocio. Libres somos, al fin y al cabo.
Una persona
no presume de ego si nadie se dedica a alimentarlo. Una calabaza
gigante, o un gato muy gordo siempre es curioso de mostrar. ¿Por qué
no hacerlo con la fama que tantos esfuerzos les está costando a esas
personas escardar por mí? Qué menos que agradecérselo aunque no me
sea de utilidad alguna.
¿Gracias?